Nuestro diseño e historia rinde tributo a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, símbolo de sabiduría, creación y renacimiento la cual se originó en el corazón de la antigua Mesoamérica.
Siglos más tarde, cuando las cartas del destino llegaron desde el otro lado del mar, un nuevo símbolo se unió al mito: la baraja que llega desde Europa. Con ellos llegó el arte de la destilación, una técnica que, al unirse con el alma del agave, dio vida a una bebida espirituosa de México: el tequila.
CAZ POKER es el encuentro de dos mundos donde Quetzalcóatl aportó la tierra, el agave y la tradición ancestral; la baraja europea trajo el conocimiento técnico para destilarlo.
Es la historia de cómo lo que fue conquista hoy se transforma en orgullo. Es un brindis a los que no olvidan de dónde vienen, pero juegan cada carta como si fuera la última y así juntos el agave sagrado y el fuego europeo destilan la esencia de un México eterno.
Destilamos esa historia que se festeja cada 16 de septiembre donde no solo celebramos la independencia de México que nos devolvió la libertad, sino también la riqueza cultural que nació de la mezcla de dos mundos, aunque difíciles, forjaron la identidad de México.
En cada botella se guarda ese espíritu de unión, celebración y orgullo, recordándonos que de la diversidad y la mezcla nace la verdadera grandeza.
Así nació CAZ POKER, un tequila que honra el legado de México y la innovación traída por la conquista, no como un recuerdo de guerra, sino como un símbolo de unión, celebración y respeto. Cada sorbo es un homenaje a la mezcla que nos hace más fuertes, la herencia que compartimos y la fiesta que todos merecemos.